Inconscientemente siempre cogías mi mano, sin llegar a pensar que se pudiera originar en mí un sentimiento tan fuerte. Me cogías la mano, me mirabas y me sonreías; esa era la rutina. Una y otra vez lo hacías, pero con el cariño de la amistad de apoyo, aún yo queriendo que ese cariño variase durante unos minutos, suficientes para disfrutar de tu compañía. Te quiero, te deseo… ¿Palabras mayores? Te amo. Me sonríes y me miras, regalándome sin condiciones lo que nunca será de mi posesión totalmente. Algo de lo que disfruto pero que me hace esclavo, quizás sea un dolor dulce, un dolor cálido; un dolor que soportaré en esta amistad por ver tu sonrisa cada mañana, por sentir el tacto de tu suave mano en mi áspera piel.
Blog archive
-
▼
2011
(76)
- ► septiembre (12)
-
▼
octubre
(12)
- El tiempo a veces no cura las heridas
- La muerte de los amantes 1ª Parte
- La muerte de los amantes 2ª Parte
- Felicidad hecha añicos
- Falsas esperanzas que hunden mi ser
- El dolor de tu recuerdo es lo que me recuerda que ...
- Fue el roce de tu mano el que me llevó a tal situa...
- No trates de ver mundo a esa edad sin alguien que ...
- Simplemente me arrepiento de perder esa oportunidad
- Aún no estoy preparado para el cambio
- Cartas de amor caducado
- Siempre fue así
RIMA XXX
Asomaba a sus ojos una lágrima
y a mi labio una frase de perdón;
habló el orgullo y se enjugó su llanto,
y la frase en mis labios expiró.
Yo voy por un camino; ella, por otro;
pero, al pensar en nuestro mutuo amor,
yo digo aún: —¿Por qué callé aquel día?
Y ella dirá: —¿Por qué no lloré yo?
-Gustavo A. Bécquer-
Seguidores
Vistas de página en total
J.Echarte (JulieKim). Con la tecnología de Blogger.
Powered by WordPress
©
Stars of a quiet morning - Designed by Matt, Blogger templates by Blog and Web.
Powered by Blogger.
Powered by Blogger.
0 comentarios: