El juguetero.

Quizás fuese mi último destino, pero no permitiría que se acabara tan rápido. Miles de vidas han pasado mientras yo me dedicaba a observar como el mundo se autodestruía. ¿Un dios? No, no soy eso, simplemente soy una eterna alma vagante por la Tierra. Acontecimientos, descubrimientos, estaciones, catástrofes… Todo cuanto he observado desde mi pequeño jardín ha sido lo que ha provocado la naturaleza y el hombre; grandes reyes, presidentes, científicos, historiadores, poetas. Pero hay algo que detiene el tiempo cuando lo observo, alguien que con sus pasos me hace volar entre notas musicales hacia lo más hermoso que se pueda imaginar. De cabellos castaños, piel clara, ojos dorados y falda de tul azul, aquella joven princesa sacada de un reino de cuento de hadas hacía que mi mundo se redujese a sus movimientos. Sus majestuosos pasos, sus elegantes saltos, la elegancia con la que se desplaza, sus delicados bailes. No quería perderla, sabía que el tiempo marchitaría aquella fresca rosa recién cortada del jardín de Dios. Me acerqué y con mis brazos la envolví, la protegí, su belleza, sus pasos, no podía permitir que el tiempo se llevara todo ello. Para ella construí una pequeña caja de madera delicadamente pintada con tonos pastel; rosa, azul y todos los que puedas imaginar. Su arte no se podía marchitar así que en la caja la resguardé, una caja que al abrir se oyera música a la vez que ella la interpretaba. Así la tendría, así no envejecería, así no tendría que observar la destrucción de un mundo en el que mi presencia no es bienvenida.
Un juguetero que viaja a través del tiempo, observando cómo avanza su especie, un juguetero que carece de amor, un juguetero que quiere que lo bello perdure durante años, simplemente soy eso.



Sábado 26 de Noviembre

"Realmente me recordaba a la navidad, era como estar en pleno Diciembre;  las calles repletas de personas, el agradable frío que roza tu piel sin penetrarla, las luces de los decorados navideños.  La Laguna estaba más que agradable, era una escapada a un sitio que no conocíamos apenas, saliendo de aquel pequeño jardín al que estábamos acostumbrados, escapando de lo monótono. Paseábamos tranquilamente hasta que nos encontramos a un grupo de conocidos y nos marchamos con ellos, ¿sabes qué es irte pensando que recuerdas el camino y que no sea así? Nos perdimos completamente, aunque estuvo bien eso de desorientarse; en una de las tantas calles por las que pasamos sin rumbo fijo había un grupo de músicos tocando, era algo que normalmente no solíamos ver en los sitios que frecuentamos en Santa Cruz, así que nos quedamos un rato. Quizás nos pasamos unos quince minutos ahí escuchando, pero valió la pena. Tocan cada sábado en las calles para darse a conocer y no estaban mal, siempre se empieza por ahí para acabar en un gran escenario. 
Miré al cielo, me gustaría ver nevar, nunca he visto la nieve caer y no estaría mal que hubiera sido en ese momento, aunque probablemente ellos no hubieran tocado. La nieve pegaba con el ambiente; los niños corriendo y riendo, alguna que otra pareja, fotógrafos  capturando determinados momentos de la vida… Seguramente nos volvamos a pasar otro sábado por La Laguna, querré volver a repetir esa sensación de estar calles donde la navidad se hace notar."




Fragmento de una historia aún sin título

(…)Deslicé las yemas de mis dedos sobre el tatuaje de su pecho. Le miré fijamente a sus oscuros y profundos ojos.
-¿No te gusta?-Preguntó mientras cogía mi muñeca.
-Al contrario… Me encanta.-Acaricié la mano que sujetaba la muñeca-Soy de la opinión de que a los chicos guapos les quedan bien los tatuajes.-Sonreí.
-¿Te parezco guapo?-Preguntó sensualmente con un leve toque de broma.
-Mmm…Puede.-Contesté desinteresadamente.
- Me halagas.
Di una vuelta entera hasta quedar detrás de él.
-Este me gusta mucho-acaricié la zona, a lo que él respondió con un leve escalofrío-¿Qué pasa?-Pregunté
-Tus manos están frías y no me lo esperaba.-Respondió con una tímida sonrisa.
Sonreí. Jae se dio la vuelta.
-¿Y tú, tienes algún tatuaje?-Preguntó mientras se ponía la camisa.
- Sí.-Afirmé.
-¿Cuántos?
-Dos, uno en la muñeca y el otro en la cadera.-Respondí.
Jae cogió mi muñeca y subió la manga de la camisa.
-¡Anda! No me había dado cuenta.-Se rió.
-El otro no te lo voy a dejar ver.-Dije intentando sonar seria.
-¿Y si te emborracho y tenemos una noche de sexo salvaje? Así lo podría ver.-Bromeó.
-Inténtalo.-Desafié.
-Sabes que caerías rendida aún sin estar borracha.-Se me acercó, me cogió de la barbilla y acercó mi cadera a la suya con la mano izquierda. Me ruboricé levemente.
-Deja de hacer el idiota.-Me quejé
-Reconoce que te gusta.
-No.
-Hazlo.-Se acercó más a mis labios.
-Déjame.
Me dio un pico.
-P-para.-Me quejé.
Pellizcó mis labios con los suyos.
-Es en serio.-Me quejé de nuevo.
Besó cálida y lentamente mis labios.
-Nngh.-Me quejé.
Volvió a juntar sus labios, esta vez haciendo presión para entreabrirlos y poder besarme con lengua libremente. Pasé mis brazos por detrás de su cuello. Él colocó sus manos en mi cintura, por debajo de la camisa. Mi cuerpo estaba frío y el calor de sus manos me derretía. Sus labios son perfectos, suaves, carnosos, unos labios que podía morder y hacerle sentir que era mío por unos instantes. Se separó unos centímetros de mi boca, notaba su aliento chocar contra mis labios.
-Dime… Si quieres que siga y seguiré, dime que pare y pararé.-Dijo casi imperceptiblemente.
Cerré los ojos y los volví a abrir.
-Sigue.
Entreabrí mi boca para que él volviera a posar sus labios sobre los míos. Me llevó más hacia él, quedando nuestros cuerpos prácticamente pegados. Conseguí meter mis manos por debajo de su semi abrochada camiseta, lo que hizo que Jae suspirase al acariciar su pecho. Subí por debajo de su camiseta hasta su cuello, donde dejé mis manos. Él empezaba a subir las suyas desde mi cintura hasta los costados.  Le deseaba; cada milímetro de su cuerpo, cada palabra procedente de su boca, cada caricia, cada beso.  No permitiría que nadie interrumpiese ese momento, no permitiría que nos separasen. Al fin estaba entre sus brazos, al fin me tomaba. Él ya no me consideraba una niña,  ya no me sobreprotegía. Sabía que en algún momento de mi vida me haría daño, pero prefería que fuera Jae a otro, porque sé que con él tendría más felicidad que amargura. Mientras, me dejaba llevar por la pasión, pero era algo que quise desde los quince años. Es increíble como duró este sentimiento que al fin consumo junto al hombre que ocupa mi mente y corazón (…)


Mirotic.

Me atrapó entre sus delicadas manos, ella hacía que me debilitase; sus miradas, sus caricias, sus palabras, era como tenerla debajo de mi piel. Siempre estaba ahí, la tenía a mi lado en cualquier momento, no me dejaba escapar y suspirar en paz. Creía que le amaba, pero simplemente era un sentimiento confuso y contradictorio, ella era la encaprichada y yo su víctima.
Mi cuello era mordido por ella cada noche, mis labios besados cada mañana por los suyos, mis manos cogidas cada día por las suyas. No podía escapar, estaba dentro de mí, en mi débil corazón, debajo de mi suave piel y corriendo por mis venas; aunque lo negase, ella era mi razón de vivir. Maldito ser sumiso que se hallaba delante de una rebelde fiera, ojalá cambiase el rol.

Egoísmo.

Cuatro hombres, cuatro deseos y una piedra.
“Te concederé cualquier deseo, yo lo haré realidad”
El primero deseó riquezas
El segundo deseó sabiduría
El tercero deseó la vida eterna
El cuarto deseó que ninguno de los deseos anteriores se cumpliera.

Anoche volví a soñar con ella. Anoche soñé con todo lo que pasó hasta ese día. ¿Y aún te preguntas por qué ya no creo en ti? Desde mi niñez hasta ahora me has dado suficientes motivos para creer que tú no existes, y si existieras, me diste la espalda. Me atormento con fotos y recuerdos, ¿no es suficiente? Tenía que soñarlo también, parece que lo que quieres es hacerme sufrir. Me he vuelto a derrumbar, no soy fuerte, simplemente tengo una coraza de desconfianza que a veces desaparece y se vuelve tierna.
Cada vez que escucho a alguien quejarse de sus padres por tonterías me dan ganas de partirle la boca, para que más gilipolleces no salgan de ahí. Ellos te dieron la vida y ellos te dan todas las comodidades que tienes ahora, ¿qué pasaría si te faltasen? No lo quieres ni imaginar, ¿verdad? Solo eres un niño egoísta, caprichoso y  egocéntrico. Cuando uno de ellos falta, para siempre, es cuando empiezas a pensar por ti solo, y más aún si el otro no está contigo.
¿Cuál es mi  manía? Llamarle a su móvil, con la falsa esperanza de que lo coja y todo haya sido un sueño, una maldita y estúpida pesadilla.
Si existes, no solo me abandonaste a mí, un alma que se ha vuelto apagada y que de vez en cuando se ilumina con alguna sonrisa, sino que también abandonaste a la persona que más quise en este mundo, a la persona con la que he vivido muchos momentos de mi vida, le abandonaste en el último momento, una persona que siempre creyó en ti. Aquella madrugada recé, sí, recé, no te podrías imaginar cuanto, recé mientras mis lágrimas se ahogaban en las mangas de mi chaqueta, encerrada en un baño, esperando que todo saliera bien. Como yo, has abandonado a muchas personas, y luego pretendes que se crea en ti. Guerras, hambre, odio, escasez... A mí me quitaste a la persona que más quería, antes haciéndole sufrir mientras vivía. No creo en ti, no es cuestión de “moda”, no es cuestión de quedar de guay, es cuestión de que me abandonaste. Desde pequeña me enseñaron que TÚ eras el padre de la humanidad, que TÚ estabas a mi lado, que TÚ nos salvarías, ahora me río de todo lo que me enseñaron.

Our Lips Are Sealed (ACT II)

No quiero que te vayas.
No quiero que me dejes.
No quiero que me olvides.
Siempre me protegiste, siempre cargaste tú la culpa de mis actos. Siempre tú, nunca yo. Te desahogabas con mi cuerpo y te perdías entre mis besos, los cuales llegaron a saberme amargos debido al dolor que en ti se hallaba, tú eras el que cargaba con la vergüenza de este amor.  A escondidas, en las sombras, a espaldas de los demás me hacías tuyo. No importaba el lugar, solo nosotros. Tus oídos ignoraban los rumores aferrándote a mis suspiros. “Escapabas” del mundo ahogándote entre mis labios.
¿Por qué nunca dejaste que aceptara mi culpa, por qué nunca dejaste que yo confesara?
Nunca me dejaste actuar.
No me dejaste confesar.
Y ahora que tú no estás… ¿Qué haré yo?
Nunca pensaste en ello, nunca imaginaste qué sería de mí sin ti, simplemente te conformabas con vivir el momento.

Our Lips Are Sealed


  "(..)Me miró con sus característicos ojos de chico inmaduro, con lágrimas a punto de desbordarse de sus ojos. Le odiaba por hacerme sentir aquello, cada vez que le veía, siempre caía en la tentación; él era mi pecado. Cogí su barbilla y le miré profundamente, me perdía en sus oscuros ojos sin saber lo que sentía. Me incliné hasta posar mis labios sobre los suyos. El cálido tacto de su piel me estremecía entero y la adrenalina se apoderaba de cada centímetro de mi ser. ¿Y si nos descubriesen? Probablemente él siempre podría decir que yo le obligué y podría salvarse con unas cuantas capas de falsedad, ¿pero y yo? Me fusilarían. Qué bello destino, metros bajo tierra, sin un hilo de vida.
Le besé de forma suave y lenta, un beso intenso y reconfortante. Me separé unos centímetros de su rostro.
-Te necesito… Como un corazón necesita un latido por débil que sea.-Susurró mientras derramaba lágrimas.
Deslicé mi mano por su rostro, deseando cada gesto suyo, cada sonrisa, cada mirada.
Era tarde para arrepentirse, tarde para volver hacia atrás, tarde para negar lo ocurrido. Le amaba y eso lo tenía claro. Yo era su protector y él mi tentación. Despertaba mi insaciable lujuria, mi incansable pasión."



Leeteuk.


-Dios mío, qué sonrisa tan bonita tiene nuestro oppa ;D;-

.

“Es la verdad la que hace que se cuele el miedo en mi cabeza, la que hace que mi cuerpo tiemble temerosamente ante lo que se vaya a decir.”

Recuerdos.

“Oh dios, nuestro primer concierto… Aún lo recuerdo como si hubiera ocurrido hace tres minutos. El público aclamaba tu voz mientras escuchaba impresionado el solo que se marcaba Daniel con su guitarra. Entonces fue cuando intercambiamos las miradas, empezaste a cantar, dedicándome el estribillo de la canción. Pensé que lo habías cambiado, pensé que no querrías cantar lo que yo había escrito  para ti cuando estábamos juntos. Llevabas la pulsera que te había regalado cuando empezamos a salir, ¿era una indirecta? No lo sé, pero esa noche fue la noche en la que hicimos vibrar el escenario, en la que arrancamos gritos al público, la noche en la que sentí que el hueco que dejaste al salir de mi vida se llenaba con notas musicales.”

Fallen Princess

 “(…) Y así fue como la princesa cayó de su torre de sueños, rompiéndolos a medida que caía y esparciéndolos por todo el terreno”

Lujuria.

“Fue en ese momento,  en el que su blusa se deslizaba de su torso (…) cuando observaste cada curva de su cuerpo, cada milímetro de su piel y empezaste a desearle más aún”

She.

Inyectó dulzura en mis venas, mordía mis labios hasta hacerlos sangrar, acariciaba mi rostro con sus manos de porcelana. ¿Qué sentía realmente? Ahí estaba ella, sentada sobre mis piernas mientras besaba con pasión mis labios. Me había traicionado más de una vez, pero su encanto me hacía caer siempre, como de costumbre, yo era su esclavo.

Iguales.

Solo soy una persona como tú, que nace y muere, lo que haga en medio es cosa suya (…) Podrás dejar huella en la Tierra, ya sea en los corazones o en la historia, pero eres un igual, no importa tu edad, tu nombre, tu condición, tu sexualidad; nada.

Rima XXIV

Dos rojas lenguas de fuego
que, a un mismo tronco enlazadas,
se aproximan, y al besarse
forman una sola llama;
dos notas que del laúd
a un tiempo la mano arranca,
y en el espacio se encuentran
y armoniosas se abrazan;
dos olas que vienen juntas
a morir sobre una playa
y que al romper se coronan
con un penacho de plata;
dos jirones de vapor
que del lago se levantan
y al juntarse allá en el cielo
forman una nube blanca;
dos ideas que al par brotan,
dos besos que a un tiempo estallan,
dos ecos que se confunden,
eso son nuestras dos almas.


Gustavo A. Bécquer

김희철 (Kim HeeChul)♥

  Su sonrisa, sus gestos, sus inesperadas respuestas. Él no sabrá de mi existencia, pero yo sí sé de la suya y creo que eso ya me basta, aunque no sea suficiente, me conformo. Su hermosa voz, sus graciosos gestos; simplemente es perfecto.
Su oscuro cabello que resalta con su blanca piel, sus oscuros y rasgados ojos, sus perfectos labios aparentemente suaves.
Sé que nuestros destinos nunca se cruzarán y sé que por mucho que diga que nos casaremos es algo imposible, aunque siempre serás mi chico; aquel amor de adolescente que nunca se cansa, ese amor que imagina más allá de las barreras. Siempre te apoyaré, en lo que decidas, y siempre estaré ahí como ELF y como Petal.
Desearía que tus labios besaran mi mejilla, desearía que tus manos cogiesen las mías y que tus sonrisas fueran dirigidas a mí. Sí, soñar es gratis, y por ello deseo y sueño todas esas cosas.
Nadie tiene derecho a compararte con otra persona, tú eres único, especial, eres nuestro Heenim, nuestra gran estrella.
Me da igual que me llamen obsesa o loca, simplemente te adoro.
Sé que nunca leerás esto, y aunque lo hicieras no entenderías mi idioma, pero tengo la esperanza de que un día busques tu nombre en Google y te salga esta entrada de mi sencillo blog.




Christmas.

 Navidad, hermosa estación donde las parejas salen juntos a la calle agarrados de la mano, mientras les caen copos de nieve sobre los abrigos. Cuando las luces adornan las calles, cuando los niños corren ilusionados ansiando los regalos que recibirán próximamente. Es muy feliz, ¿no? Sí, para el que lo vive. Si estás sentada en un banco, a la espera de que esa estación pase rápido, no creas que es porque lo pasas bien. Miraba a mis alrededores, todos lo pasaban bien menos yo, que miraba indefinidamente a cualquier punto de mi entorno. ¿Qué haces sentada? Me preguntaba a mí misma, pero no tenía respuesta. Había llegado recientemente a la ciudad, esperaba que todo fuera distinto, pero ahí estaba  sentada, con una bolsita llena de caramelos con los cuales desahogarme. 

¿CUÁNDO SE ME SECARON LAS LÁGRIMAS?

 Echo de menos todas aquellas veces que me regañabas por tener una botella de vodka en mi mochila, todas aquellas veces que me  quitabas los mecheros para no poder encenderme un cigarro. Te enfadabas si me veías haciendo algo “inapropiado”. Incluso te metías en mi Tuenti solo para ver las fotos que me sacaba, si en ellas había tabaco de por medio o una copa. Aun así, a pesar de todo eso, me sonreías como si fuera la persona más pura e inocente que hubiera en el mundo.
¿Mi vida? No es algo de lo que estoy muy orgulloso, siempre he estado metido en problemas, pero tú siempre estabas ahí para hacerme olvidar. Fuiste tú quien creó aquel mundo de cuento de hadas donde me hallo atrapado, fuiste tú la que escapó de ese mundo dejándome solo a merced del alcohol. Aún me pregunto ¿por qué no lloré? Solo estoy, en un rincón de aquel parque donde nos conocimos, esperando a que mis ojos derramen alguna lágrima de dolor mientras fumo cigarro tras cigarro, acortando más aún mi efímera existencia. 

You.

¿Te has dado cuenta de cuántas cosas nos separan, te has dado cuenta de lo diferentes que somos? Es como si te buscara, como si te necesitara, pero luego me doy cuenta de que te haría daño, de que nos haríamos daño mutuamente. Es como si te necesitara en mi vida pero a la vez fuera.